COLECCIÓN DE PEGATINAS DE FRUTA

ORIGEN DE LA COLECCIÓN DE ETIQUETAS DE FRUTA:
Lo cierto es que no recuerdo el día exacto que comenzó esta locura, pero no me equivoco mucho si me remonto al año 1980 ó 1982. Sólo sé que yo no tenía más de 14 años. Estaba disfrutando de unos días en el campamento de "Cabezuela del Valle", un pueblecito de Cáceres, y a la hora del postre se me ocurrió coger la pegatina de una naranja y pegarla en la correa de plástico de mi reloj. Estuvo conmigo el resto de las vacaciones... hasta que llegue a casa.
¿Y ahora que hacía con la pegatina?. El caso es que acabó pegada en la base de un cenicero de mármol o de piedra, no lo sé.
Por supuesto, estamos hablando de "ENVIDIA", la pegatina nº 1.

Y después, ¿qué?... comencé a pegar en el famoso cenicero, algunas de las pegatinas de la fruta que comíamos en casa. Pero todo esto sin mucho afán.
La base del cenicero se empezó a llenar, principalmente de "santa martina", "mirian" y "brindis". Podéis imaginaros unas encima de otras, ¡vamos!, un caos. No me equivoco si os digo que las pegatinas estuvieron en el cenicero varios años.

Llegó el momento de quitarlas del cenicero. ¿Y dónde fueron a parar todas esas etiquetas de fruta?. Lo más sencillo era pegarlas en una hoja. ¡Vaya labor!. Me deshice de todas las pegatinas repetidas (ahora me arrepiento enormemente), y comprobé que en realidad no tenía tantas, pero allí debajo estaba ella, "ENVIDIA", aunque en un estado bastante deteriorado.

Todo eso estaba muy bien, pero…¡en una hoja de papel!. La colección evolucionaba, aunque muy lentamente, ya que en realidad nunca le di importancia. Si me topaba con alguna pegatina, la cogía, pero nada más. De todas formas comenzaba a ser dificultoso comprobar si las nuevas adquisiciones ya las tenía, así que opté por organizar un poco más la colección. De nuevo, tuve que despegar las pegatinas de la hoja y colocarlas directamente en un pequeño álbum de fotos. Además como ya tenía unas 300 pegatinas diferentes, decidí numerarlas y sacar un listado de todas. La cosa había mejorado bastante.

Con los años, la colección ha aumentado de tal forma, que no sólo recojo las pegatinas de la fruta que comemos en casa, sino también las que me consigue la gente. En la actualidad ya están clasificadas. Tengo una pequeña base de datos en la que aparece el nombre que mejor identifica la pegatina, el número que hace, y el estado de la pegatina, ya que hay algunas que están bastante dañadas, como es el caso de la nº 1. También estoy tratando de localizar la fruta que corresponde a cada etiqueta, aunque es una labor muy lenta y tardará bastante tiempo en completarse.

Debo agradecer a Peter, Miguel y Carmelo, el ánimo que me están dando para continuar con esta aventura y por supuesto, su aportación a la causa.

En este Link está explicado el proceso que sigo para organizar las etiquetas.

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30-ene-10
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